Desde hace semanas, el campo extremeño mira al cielo en busca de precipitaciones que palien la situación de sequía extrema que atraviesa la región. Las lluvias han llegado y parece que se quedarán con nosotros unos días.
Unas precipitaciones que alivian un poco a los agricultores extremeños pero, tras un largo periodo sin apenas lluvias, es necesario mucha más agua para salvar las cosechas.
Es el caso de José Manuel. Él tiene 15 hectáreas de frutales y las previsiones que tiene sobre esta campaña no son nada halagüeñas. La lluvia llega en un buen momento, pero hace falta mucha más cantidad, nos reconoce. "Es que ya tiene que llover mucho. No es bastante ni 20, ni 30... A lo mejor tienen que caer 100 o 200 litros", añade.
Nos vamos hasta la zona de La Serena-Vegas Altas. Los cultivos de esta zona son algunos de los más afectados por la sequía. Especialmente el arroz. Herminio tiene más de 150 hectáreas y preside la asociación de agricultores de Villanueva de la Serena. Nos cuenta que apenas se va a cultivar el cereal por el consumo de agua que tiene y por las restricciones que hay. "¿El tomate? También va a haber una reducción importante, pero es el cultivo que se está defendiendo junto con los frutales", asegura.
La caída de agua solucionaría muchos de los problemas a los que se enfrenta el campo en esta campaña de riego. Pero, eso sí, alertan que una concentración de lluvias fuertes en un corto espacio de tiempo podría provocar daños irreversibles en los cultivos. "Es difícil que caiga ese agua, y si cae, está claro que hará daño", cuenta Herminio.
De momento, las precipitaciones siguen siendo leves y moderadas, pese a que tendremos varios días de lluvias. Unas lluvias que, de momento, no solucionan el problema real de la sequía en nuestro campo y, ante esta falta de agua y la incertidumbre provocada por la guerra en Ucrania, el sector reclama más información de las administraciones y aumentar el caudal ecológico que se asigna al riego para asegurar el suministro.