La campaña del cereal de invierno en Extremadura ha cerrado con un balance desolador para el sector agrario. Según datos de APAG Extremadura Asaja, la producción ha sufrido una caída de casi el 52%, lo que se traduce en unas pérdidas económicas superiores a los 63 millones de euros.
¿Sector viable?
El desplome del rendimiento ha afectado a las 192.000 hectáreas dedicadas a este cultivo en la región. Mientras que en la campaña anterior se lograron recolectar unas 722.000 toneladas, este año apenas se alcanzarán las 350.000. Un descenso que pone en entredicho, para los agricultores, la viabilidad del cereal como cultivo y sacude la economía de comarcas cerealistas como la Campiña Sur.
Desde la organización agraria señalan que, pese a que el año apuntaba a ser “razonablemente bueno”, el calor extremo de mayo y junio deterioró notablemente la calidad y cantidad del grano.
“Entre un 30 y un 40% menos de producción”, lamentan los agricultores.
Búsqueda de otros cultivos
La situación ha llevado a muchos profesionales del campo a buscar cultivos alternativos. Parcelas que tradicionalmente se destinaban al cereal ahora se están reconvirtiendo a olivar en sistema superintensivo, e incluso a pistacho o almendro. “Hace años también planté pistachos buscando una alternativa al cereal”, comenta uno de los productores afectados.
Ante esta crisis, el presidente de APAG Extremadura Asaja, Juan Metidieri, reclama ayudas urgentes y medidas estructurales para evitar el abandono progresivo del cultivo cerealista.