Este martes hemos conocido el dato de IPC del mes de agosto, en el que los precios subieron un 0,4% en relación al mes anterior y la tasa interanual se sitúa en el 1,8%. De ese incremento destaca, especialmente, la subida del aceite de oliva, que va camino de ser más oro líquido que nunca.
Este producto ha experimentado la mayor subida interanual en 21 años. Desde marzo, además, el precio se ha disparado un 114,8%. Pero el incremento del precio del aceite no es nuevo, se está produciendo, según el INE, desde hace más de dos años, desde abril de 2021. De tres euros el litro de hace dos años, a precios que superan los 8 euros.
Circunstancia que ha provocado, además, que su consumo haya bajado y los consumidores busquen alternativas. Hemos pasado de un consumo de unos 30 litros al año por vivienda, en 2007, a poco más de 22 litros el último año.
Eso sí, los nutricionistas alertan de que no podemos dejar de consumirlo. Tiene vitamina A, D, E y K, ayuda a bajar el colesterol, es bueno para la hipertensión arterial y para la diabetes, entre otras cualidades. Como norma nutritiva se deben consumir cuatro cucharadas de aceite crudo al día.
Uno de los usos comunes del aceite es la fritura, donde se consume más aceite y uno de sus usos menos saludable. En este caso, cada vez es más común usar mantequillas como sustitutivo del aceite, aunque esta práctica puede ser dañina para nuestro colesterol.