Imagen panorámica de Berzocana, desde las afueras del municipio.
En Casas de Don Pedro, en la última década han perdido de media 17 habitantes por año. En Berzocana, ha bajado población un 25 por ciento en las últimas dos décadas. Y en Caminomorisco, en los últimos cinco años también han notado un descenso de vecinos.
Antonio Romero, alcalde de Casas de Don Pedro, asegura que “el principal problema es el envejecimiento de la población y la baja natalidad en las zonas rurales. Y desde el Gobierno central hay pocos estímulos en ayudas para las familias y el arraigo de las personas jóvenes”. En su opinión, “todas las administraciones deberían tomar conciencia de la situación, dotando a los pueblos de una fiscalidad especial, infraestructuras decentes y unos servicios como los pueden tener en las ciudades”.
Además, añade Romero, existen muchas restricciones medioambientales, no solo para un agricultor que quiere construir una nave, también para quienes vienen de fuera, y lamenta "los planes generales de urbanismo no están pensados para el mundo rural". La alcaldesa de Berzocana, María Ángeles Díaz, cuenta que “una persona que quiera hacer un proyecto grande en el municipio tarda tres años en obtener la autorización. Los inversores se acaban desesperando y desisten de los proyectos, y eso no puede ser”.
En este sentido, el alcalde de Caminomorisco, Gervasio Martín, recalca que el problema son las leyes. “Se hacen las leyes y no se cuenta con los pueblos. Se hacen a espaldas de los pueblos”. Alguien que quiera instalarse en el pueblo tiene muchas dificultades.
En Las Hurdes, explica Martín, el 87 por ciento de la comarca tiene protección medioambiental, y nos lo ponen todo muy complicado, asegura. Gervasio Martín no es optimista: “O se cambian las normativas y las leyes o muchos pueblos vamos abocados a la desaparición en un futuro cercano”.
Hay que modificar las leyes que ya existen, antes de crear leyes nuevas, coinciden en señalar los tres alcaldes. Una fiscalidad especial, infraestructuras decentes y servicios similares a los que se prestan en las ciudades son otras propuestas para atraer y fijar población en los municipios más pequeños.