El Festival de Teatro de Mérida revoluciona el teatro por dentro y por fuera durante los meses de verano, y son muchos los negocios que se benefician. En ferreterías de la zona notan un incremento de ventas de productos como bridas, tornillos, e incluso moquetas.
En los establecimientos ubicados en la propia calle que lleva hasta el teatro, es habitual ver comprar, por ejemplo, a actores y actrices que participan en los montajes. Silvia Abril ha pasado recientemente por una de las tiendas de ropa de la zona, de donde se llevó varios productos.
Tiendas de recuerdos, de gastronomía, bares, restaurantes, hoteles... En todos ellos hace una parada el público que viene a ver las obras de teatro. Esto se traduce en que el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida supone, para muchos de ellos, uno de los mejores momentos del año, junto a la Navidad.
Los negocios adaptan los horarios para que puedan comprar los turistas y espectadores momentos antes de que se inicie cada representación.