Más horas de trabajo no se traducen necesariamente en una mayor productividad, según datos de la OCDE. Es el argumento del gobierno central para poner en marcha el proyecto piloto de reducción de la jornada laboral en, al menos, 4 horas semanales. La principal condición: que mantengan el sueldo íntegro. La patronal cree que no es el momento oportuno. "Más que hablar de reducción de jornada o de amoldarla, es momento de hablar de sostenibilidad, de mantener el tejido productivo, de recuperar las rentabilidades que teníamos antes de la pandemia a las que todavía no ha llegado el mundo empresarial", señala el secretario general de la CREEX, Francisco Javier Peinado. En cambio, los sindicatos sí creen que se pueda implantar en estos momentos. Desde Comisiones Obreras, Alberto Franco cree que "las cuentas de resultados les está dando números positivos, por tanto dinero hay. Nosotros le pedimos a los empresarios de esta región corresponsabilidad. Ahora en este momento es necesario este tipo de medidas", sentencia.
Proyecto piloto
Por ahora, el proyecto piloto solo lo integrarán empresas del sector industrial. Las ayudas podrían llegar hasta los 200 mil euros, aunque sólo 150 mil se podrán usar para compensar las nóminas de los trabajadores. Tras dos años se medirá la repercusión de la medida. Fuera del industrial, patronal y sindicatos coinciden en que hay sectores en los que sería más difícil implantar la reducción de horarios. "En todo el sector servicios es inviable. Si ya es complicado que los festivos hay que cubrirlos. Pensemos en el sector sanitario, de la dependencia, en los servicios públicos: recogida de basuras, policías y bomberos. Y también en el comercio. Los clientes cada vez demandamos más horas de apertura y más días al año", afirma Peinado. Para Alberto Franco, que también reconoce que hay sectores en los que sería más complicado instaurar medidas de este tipo, no se deberían quedar sólo en el sector industrial, sino ir más allá. "Una persona que trabaja en hostelería o en una gestoría o una panadería. Tienen que tener las mismas posibilidades unos trabajadores que otros".
Desde la Creex aseguran que no se oponen a una medida así, siempre que se mantenga la productividad. De ser así, dicen, no haría falta ni la ayuda del gobierno.