El Paseo del Prado y el parque del Buen Retiro de Madrid forman parte, desde este verano, de la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. Han sido incluidos en esta destacada lista como el primer Paisaje Cultural Urbano de Europa.
El primero de ellos tiene sello extremeño. Lo diseñó el arquitecto José de Hermosilla, natural de Llerena y uno de los profesionales más prestigiosos de la Ilustración. Fue un encargo del conde de Aranda, bajo el reinado de Carlos III. Un equipo de Extremadura Noticias ha recorrido el paseo madrileño para entender qué claves incorporó el llerenense.
En el eje del corazón cultural, artístico, político y financiero de Madrid
El Paseo del Prado fue una de las reformas trascendentales de la capital en aquella época y supuso la creación del primer gran eje viario. En la actualidad sigue siendo una de las arterias principales y además de ser el corazón verde de Madrid, junto al Retiro, es el centro neurálgico, financiero, político y artístico de la ciudad.
Con las fuentes de Cibeles y Neptuno en los extremos, y la de Apolo en el centro, también están en este enclave el Congreso de los Diputados, la sede del Banco de España, la estación de Atocha y los museos más importantes del país como el del Prado, el Thyssen-Bornemisza y el Reina Sofía.
El proyecto original, imitado después en otros países, se conserva en la Biblioteca Nacional y el trazado continúa tal y como lo concibió Hermosilla, como un espacio cívico vinculado a las artes, las ciencias y la naturaleza. "Ya no se trata solo de que la gente descanse o que quiera pasear. Es importante también que los ciudadanos aprendan y se formen" destaca orgulloso Luis Lafuente, director general de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid.
A diario transitan por este paseo decenas de miles de personas y una, también orgullosa, resalta "que es de lo más bonito que hay en el mundo y que se merece este reconocimiento". De este modo, la ciudad de Madrid consigue por primera vez entrar en la lista de lugares excepcionales.