Todo está preparado en la Puerta del Sol para recibir el nuevo año con las tradicionales doce campanadas. El famoso reloj, protagonista indiscutible de la Nochevieja, se encuentra a punto para su cita más importante del año, acompañado por un dispositivo de seguridad que garantizará que la celebración transcurra sin complicaciones.
En la torre, el mecanismo ocupa apenas 16 metros cuadrados, donde el día 31 tres relojeros estarán pendientes de cada detalle. “A nosotros lo que de verdad nos gusta esa noche no son las uvas, sino que los demás se las coman”, comenta Jesús López-Terradas, uno de los encargados.

Durante todo el año, el reloj se revisa semanalmente: se suben las pesas, se limpia, se engrasa y se corrige cualquier incidencia. Cuando se acerca la gran noche, el cuidado es aún mayor, incluyendo la bola que desciende solo en Nochevieja.
La tradición de seguir las campanadas desde este reloj comenzó en 1916 y, según los relojeros, nunca ha fallado. “Hasta en la guerra, entró un obús por la esfera y no reventó”, recuerda López-Terradas.
Suerte y precisión para dar la bienvenida al nuevo año desde el corazón de Madrid.