Cada año más mujeres cruzan las puertas de la reproducción asistida para convertirse en madres. Y cada vez son más mayores, con una media de 38 años.
La edad es un condicionante muy importante para la calidad de los óvulos. "Sobre todo a partir de los 37 o 38 años, pierden calidad de manera exponencial", dice el doctor José Antonio Domínguez, director médico de IERA, en Badajoz.
Alicia Crespo es una de esas madres. Desde hace un año tiene al pequeño Manuel, gracias a un tratamiento in vitro que pudo hacer en la sanidad pública.
"Empezamos por las inseminaciones, no funcionaron y ya fuimos a la fecundidad, se hizo la transferencia... y aquí está"
En su caso no hubo que recurrir a la donación de óvulos, pero si es necesario ahora será posible en el SES para las mujeres de hasta 40 años. También la sanidad pública ofrecerá la opción de congelar ovocitos en pacientes con patologías benignas, no solo oncológicas.
Una opción que se realiza mucho en la sanidad privada, en mujeres sin problemas médicos. Son casos de mujeres de 37 o 38 años que en esos momentos no están en condiciones de tener un hijo, pero quieren conservar sus óvulos por si algunos años después sí llegan esas condiciones y temen que entonces sus óvulos no sean lo suficientemente buenos para conseguirlo con garantías.
Porque ante una maternidad cada vez mas tardía, aumentan las opciones de tratamientos de fertilidad, cada vez mas seguros.
"Si se amplía el rango de edad, se va atender a más población y más personas se van a beneficiar de eso"
"Yo animo a esas parejas para que vayan a buscarlo, con ayuda si hace falta, no pasa nada", dice Alicia. Porque formar una familia recompensa cualquier espera e inquietud de los tratamientos.