Los hechos ocurrieron el 9 de abril de 2019. El joven presentaba una patología cardíaca de válcula aórtica bicúspide e insuficiencia aórtica y fue intervenido en el entonces Hospital Infanta Cristina de Badajoz para un recambio valvular. Al finalizar la operación, la cánula arterial se salió y le provocó una hemorragia que impidió al cirujano la recanulación. Según la sentencia, que ha sido facilitada por el abogado Carlos Sardinero, durante las maniobras fallidas, se produjo una disección aórtica y el paciente estuvo en anoxia, por lo que sufrió un daño cerebral irreversible.
Mala praxis
Esto, según detalla la sentencia, le provocó tetraparesia espástica, deformidad en flexión de ambos codos y muñeca por espasticidad grado 3-4, dedos con deformidad generalizada por espasticidad, manos no funcionales, tobillos en equino con amputación parcial de pie derecho, marcha imposible, labilidad emocional, afasia motora y disartria severa, disfagia, incontinencia urinaria y fecal. La sentencia concluye que la asistencia prestada al paciente incurrió en "mala praxis" y que se desconoce el motivo por el cual se salió la cánula de la aorta. Fija una indemnización de 1,5 millones de euros.
No aparecía en el informe
Se desconoce por qué en la historia clínica del paciente no aparece reflejada tal incidencia y en el informe de inspección tampoco se dice nada al respecto. Y se alude a la afirmación del Jefe del Servicio de Cirugía Cardiovascular del SES al señalar que "con mucha probabilidad la causa de que la cánula se saliera fue al rozar la misma algún brazo de los facultativos que estaban interviniendo al paciente". La sentencia no es firme y contra la misma cabe recurso ante el Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TSJEx).