Las altas temperaturas que afectan a Extremadura, con máximas de hasta 40 ºC, no frenan la llegada de turistas a las principales localidades del interior.
En ciudades como Mérida o Cáceres, sus calles y monumentos siguen recibiendo visitantes dispuestos a descubrir su patrimonio, aunque adaptando sus rutinas al calor. “Merece la pena a pesar del calor, pero es verdad que solo para unos días”, comenta una turista. “Empezamos temprano para hacer la visita y luego nos refugiamos en la sombra”, añade otra.
La clave está en los horarios. Las visitas guiadas se adelantan por la mañana y también se programan por la noche. “En otoño hacemos las visitas sobre las 18:00 o 19:00 horas, y ahora salimos a las 21:00”, explica Raúl Sánchez, guía turístico en Cáceres.
Durante las horas centrales del día, los turistas aprovechan para hacer paradas en espacios frescos como iglesias o museos, y se desplazan siempre buscando la sombra. “Los turistas vienen a comprar souvenirs y siempre se llevan la botella de agua”, señala un comerciante local.
A pesar del calor, el turismo de interior mantiene su actividad, demostrando que Extremadura sigue siendo un destino atractivo durante todo el año.