1 Octubre 2025, 17:46
Actualizado 1 Octubre 2025, 17:56

Los incendios forestales registrados este verano han tenido un impacto devastador en la biodiversidad extremeña. Según el informe Incendios y Biodiversidad 2025, presentado por SEO/BirdLife, los fuegos en la Sierra de San Pedro han afectado al menos 45 nidos ocupados de buitre negro, una especie emblemática de la región. Esto representa el 5,2% de la población extremeña y el 1,8% de la población europea de esta ave carroñera, cuya reproducción se ha visto gravemente comprometida.

La organización advierte que, debido a la biología reproductora del buitre negro, muchos ejemplares aún podrían tener pollos en los nidos durante las fechas de los incendios, ya que los primeros vuelos juveniles suelen retrasarse hasta septiembre.

Extremadura no ha sido la única comunidad afectada. En total, más de 367.000 hectáreas han sido arrasadas por el fuego entre julio y septiembre en 12 comunidades autónomas, dañando el hábitat de 171 especies de aves reproductoras, diez de ellas incluidas en el Catálogo Español de Aves Amenazadas.

El informe revela que el 43% de la superficie quemada se encontraba en espacios clave para la biodiversidad, como las Áreas Importantes para la Conservación de las Aves y la Biodiversidad (IBA) y la Red Natura 2000. En concreto, se han visto afectadas 84 IBA terrestres y 139 espacios de la Red Natura 2000, con especial incidencia en Castilla y León y Extremadura.

Entre las especies más perjudicadas se encuentran el urogallo común, el milano real, el águila imperial ibérica, la ganga ibérica, la cigüeña negra y el alimoche común. Algunas, como el urogallo cantábrico, han perdido hasta el 30% de su área de distribución en Asturias, mientras que el ruiseñor pechiazul ha visto calcinado hasta el 48% de su hábitat en Ourense.

SEO/BirdLife denuncia que los incendios forestales son un problema estructural y una de las mayores amenazas para la biodiversidad en España. La organización reclama una acción nacional integral, que incluya restauración ecológica, prevención basada en el conocimiento del territorio, educación ambiental y coordinación entre administraciones.

En este contexto, el Pacto de Estado por la Naturaleza y el Clima, actualmente en negociación, se presenta como una oportunidad histórica para garantizar un futuro resiliente para la biodiversidad española.