Extremadura ha registrado hasta ahora en 2022 las alertas por ola de calor más tempranas, al menos de los últimos siete años, según los datos de la Dirección General de Salud Pública del Servicio Extremeño de Salud (SES).
La comunidad autónoma ha activado el Plan de Vigilancia y Prevención de los Efectos del Exceso de Temperatura sobre la Salud, en nivel rojo (riesgo 3) en la provincia de Badajoz, ante el repunte de las temperaturas, y naranja (riesgo 2) en la de Cáceres, dado que en los próximos cinco días se prevé que los termómetros superen umbrales de máximas y mínimas.
Mientras que el pasado año 2021 el primer aviso de nivel 1 (amarilla) se produjo el 9 de junio, la primera de nivel 2 (naranja) llegó el 17 de julio y no hubo avisos de nivel 3 (rojo).
Este año el primer aviso amarillo se produjo el pasado 20 de mayo, cuando todavía no se había iniciado la temporada de vigilancia de la ola de calor, el primero naranja se dio el 8 de junio y la primera notificación de nivel 3 llega hoy 10 de junio, según ha informado la Junta de Extremadura en una nota.
En 2020, la primera alerta se emitió el 4 de julio (aviso naranja); en 2019 el 19 de julio (aviso amarillo); en 2018 el 31 de julio (aviso naranja); en 2017 el 16 de junio (nivel naranja en Cáceres y nivel rojo en Badajoz) y en 2016, el 13 de junio (naranja).
Recomendaciones
Para evitar sufrir los efectos negativos de las altas temperaturas, como el síncope por calor, la Dirección General de Salud Pública ha recomendado seguir unas pautas básicas de conducta como evitar la exposición al sol y actividades que supongan esfuerzo físico durante las horas centrales del día, al menos entre las 12:00 y las 18:00 horas, e hidratarse bebiendo como mínimo un vaso de agua cada dos horas aunque no se tenga sed, algo especialmente importante en el caso de personas mayores y niños pequeños.
También aconseja tomar comidas ligeras, evitar bebidas alcohólicas o excitantes y ventilar las viviendas abriendo las ventanas por la noche y cerrándolas durante el día.
En caso de sufrir síntomas como mareo, calambres, agotamiento, dolor de cabeza o confusión, el Servicio Extremeño de Salud aconseja dejar la actividad que se esté realizando, beber agua, descansar a la sombra o en un sitio fresco, y a ser posible refrescarse con un baño o una ducha.
Si los síntomas se agravan con fiebre, dolor de cabeza fuerte, náuseas, pulso acelerado pero débil o pérdida de consciencia, es necesario buscar asistencia médica de inmediato, bien a través del teléfono 112 o acudiendo al centro sanitario más cercano.
La Administración regional activó el pasado 1 de junio el Plan de Vigilancia y Prevención de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud, que establece un protocolo de funcionamiento de los distintos organismos y entidades implicados para reducir el impacto de las temperaturas extremas sobre la salud de la población.
Tres niveles de riesgo
El plan, que permanecerá activado hasta el 30 de septiembre, contempla tres niveles de riesgo dependiendo del número de días que según la predicción meteorológica se vayan a sobrepasar simultáneamente las temperaturas máximas diurnas y nocturnas habituales en cada zona geográfica, que en la provincia de Badajoz son 40º de máxima y 20º de mínima, y en la de Cáceres 38º de máxima y 22º de mínima.
Así, cuando se prevea que las temperaturas van a sobrepasar esos niveles de referencia durante uno o dos días, se asignará el nivel 1 o de bajo riesgo, representado con el color amarillo; si la previsión señala que la situación durará tres o cuatro días, se establecerá el nivel 2 o de riesgo medio, representado con el color naranja; en caso de que se prevean cinco días de temperaturas superiores a las de referencia, se asignará el nivel 3 o de alto riesgo, representado con el color rojo.
El documento define como población especialmente susceptible ante situaciones de calor excesivo, entre otros, a los mayores de 65 años, menores de cuatro años, personas con enfermedades crónicas, trastornos de la memoria y las que reciben ciertos tratamientos médicos como diuréticos, neurolépticos, anticolinérgicos y tranquilizantes.
También se incluye entre la población de riesgo a los consumidores de alcohol u otras drogas, las personas que viven en condiciones sociales y económicas desfavorecidas, o las que sufren exposición excesiva al calor por razones laborales, deportivas o de ocio.
Entre otras actuaciones, el plan contempla medidas de coordinación de las distintas entidades públicas y privadas competentes, información a la población sobre los efectos del calor excesivo, identificación de los grupos de riesgo y predicción de las olas de calor.
Además, establece el suministro de información a los profesionales sanitarios y de servicios sociales, declaración en su caso de alerta de los dispositivos de atención social y asistencial de atención primaria y hospitalaria, y recopilación de datos para incorporarlo al sistema de información y vigilancia epidemiológica.
Golpe de calor
El año pasado se notificaron en la región cinco casos de patologías relacionadas con la exposición a elevadas temperaturas, todos ellos con diagnóstico de síncope por calor, de los que tres se registraron en junio y dos en agosto.
Al menos dos de ellos fueron ingresados después en centros hospitalarios de la región, pero no se registró fallecimiento alguno.
En cambio, en los años anteriores la incidencia fue notablemente mayor, pues en 2017 hubo diez personas atendidas en centros sanitarios, de los que nueve requirieron ingreso hospitalario y dos fallecieron.
En 2018 los afectados fueron dieciocho, con doce ingresados y cinco fallecidos; en 2019 hubo nueve casos, tres de ellos ingresados, y en 2020 fueron siete los afectados, dos de ellos ingresados y uno fallecido.