Los agricultores extremeños han sembrado esta campaña 24.594,25 hectáreas de girasol, según datos provisionales de la Consejería de Agricultura. De esta manera, el cultivo se ha triplicado en la región con respecto a 2021, cuando se sembraron 8.359,51 hectáreas.
Una cifra importante pero aún insuficiente para el el director general de la PAC: "Esperábamos que se incrementara el cultivo del girasol porque tiene menos demanda de agua que otros cultivos", ha asegurado Javier Gonzalo.
Las restricciones del regadío por la sequía han animado a los productores extremeños a sumarse al girasol. De hecho, la mayoría del cultivo se extiende por las Vegas Altas, donde mayores recortes de agua hay. Solo en la zona regable de Orellana se ha sembrado una tercera parte del total, unas 8.100 hectáreas.
Además del menor consumo de agua que supone, los agricultores se han animado porque la demanda de este producto es mayor al paralizarse las importaciones de Ucrania.
"En el mercado el viento iba a favor del girasol"
Luis Gutiérrez, agricultor de Santa Amalia es uno de los que ha apostado por el cultivo, porque "en el mercado el viento iba a favor del girasol y ha sido la única opción que hemos podido tener".
El boom del girasol casi íntegramente al regadío, porque en el secano no ha tenido mucho éxito la autorización de la Unión Europea para sembrarlo en los barbechos reservados como superficie de interés ecológico.