Más allá de las historias concretas sobre los suicidios, importa sobre todo lo que hay detrás, el problema real de salud que afecta a toda una sociedad. La noche del lunes, un joven intentó precipitarse desde el Puente Real en Badajoz. Una situación límite que un conductor de autobús urbano vio y pudo solucionar hasta la llegada de los equipos sanitarios y de emergencia. "Le preguntaba pero no me contestaba; cuando insistí me dijo que estaba mal y que lo dejara en paz, pero hablé con él y le explique que no era la mejor solución", nos narraba el conductor, Raúl de Mato.
Estas situaciones límites, hasta ahora obviadas informativamente, están adquiriendo en la actualidad mayor protagonismo y son muchas las voces que piden que se afronten sin tantos tabúes y con los medios adecuados. "Viene bien hablar del suicidio, la persona que piensa en él lo considera un desahogo", explica Ignacio Torres, psiquiatra del SES.
"Viene bien hablar del suicidio, la persona que piensa en él lo considera un desahogo"
Ante un episodio de este tipo, añade Torres, los profesionales aseguran que es primordial ofrecer seguridad a la persona para que no se sienta sola: "Hay que intentar ofrecer una presencia segura, intentar que exprese sus problemas y ofrecer los recursos disponibles".
Recursos para las personas que lo están pasando mal y creen que no hay salida. En realidad sí hay salida, sólo hay que saber que existe y ponerse en marcha. El Teléfono de la Esperanza (717 003 717) o el 024, que empezará a funcionar muy pronto, pueden ayudarnos. Y por supuesto, con las unidades de Salud Mental de nuestras áreas de salud y con ONGs especializadas en abordar esta problemática. "Cualquier persona que no encuentre salida puede llamar asociaciones como la nuestra, porque le vamos a ayudar y a orientar", asegura Antonio Lozano, de FEAFES.
2021 ha sido el año para repensar la estrategia frente al suicidio... 2022 será el año para reforzar los recursos asistenciales entre todos.
