La vitalidad de los pueblos va unida a la economía local. Una economía que se está viendo afectada por el cierre de negocios tradicionales que no encuentran relevo generacional.
Miguel Lozano cumple 65 años en octubre y se jubila. Tiene una tienda textil en Guareña que fue antes de su abuelo y de su padre, y reconoce que a ninguno de sus tres hijos le interesa.
"La tienda ha supuesto la vida de muchas familias, con las facilidades que hemos dado, fiando la compra, la gente venía cuando podía y pagaba como podía". La competencia de Internet les ha tocado de lleno.
"Internet es el remate, porque la gente joven no compra y la gente mayor se está muriendo. Traspasar la tienda a otra persona que le interesara sería otra opción, los jóvenes tienen muchas ideas y saben vender por Internet", afirma.
También en Guareña, Rafael Pérez sí que decidió conservar la ferretería que abrió su abuelo en 1940 y mantuvo su padre. Está convencido del futuro que ofrece el mundo rural. Él estudio magisterio pero siempre le gustó el negocio familiar y se decidió por mantenerlo. "Indudablemente, en los pueblos hay futuro", explica.
Desde la Junta de Extremadura han iniciado un Plan para facilitar el relevo generacional, elaborando a su vez un Directorio de Emprendimiento y Negocio que facilite la continuidad de los mismos. También las Diputaciones trabajan para impulsar este ámbito.