En el día de las empleadas del hogar, el colectivo sigue reivindicando unas condiciones de trabajo dignas. El 30% de las empleadas domésticas migrantes trabajan como internas, un régimen que han catalogado como la esclavitud del siglo XXI.
Más de 60 horas de trabajo efectivo a la semana por 600 euros mensuales y sin contrato. Esa es la realidad de muchas de las 18 mil mujeres migrantes residentes en Extremadura y dedicadas a los cuidados. Situación que vive Grethel. Ella, natural de Nicaragua, reside en Mérida desde hace tres años. A pesar de su formación, como académica en diseño de interiores, trabaja solo los fines de semana como interna.
Las empleadas de hogar quieren eliminar el régimen de interna en el trabajo de los cuidados. Aseguran que es la esclavitud del siglo XXI. En esa situación se encuentran en torno al 30 por ciento de las mujeres migrantes en Extremadura. Una situación difícil de cambiar porque en la región existen menos alternativas que en otras comunidades.
Por estas condiciones piden al gobierno español que garantice sus derechos laborales, reforme la ley de extranjería y la ley de dependencia.