Extremadura amplía su abanico agrícola con un cultivo que hasta hace poco parecía impensable en esta tierra: la fruta tropical. Variedades como la pitahaya (o fruta del dragón) y el maracuyá comienzan a abrirse camino en el campo extremeño gracias a la adaptación del clima y al uso de tecnología automatizada en invernaderos.
Frutas tropicales en Extremadura
En una finca pionera en este tipo de producción, ubicada en la región, Antonio Casado, gerente de Ecovegas, cultiva más de 6.000 plantas de pitahaya y unas 70 de maracuyá. Ambas frutas crecen bajo un sistema completamente automatizado que permite controlar las condiciones climáticas para favorecer su desarrollo. “Sube y baja según la temperatura exterior, intentar que no superen los 40 grados, se arrancan unos ventiladores y el frio que como mucho este a dos grados o 3 grados”, explica Casado.
La pitahaya se encuentra en plena floración, mientras que el maracuyá ya está en proceso de recolección. “La flor hasta que sale del botón hacia la flor son 15 días, luego dejo la flor 45 días una vez que polinizo y ya se recolecta el fruto, el maracuyá se cae al suelo y ese fruto esta perfecto para recolectar”, explica.
Estas frutas, antes exclusivas de climas tropicales, ahora se cultivan con éxito en tierras extremeñas.