Lleva 10 años viviendo en La Palma y no se imaginaba vivir algo igual. La extremeña Elena Herrera tuvo que abandonar su casa cuando comenzó la erupción del volcán. El sábado, el magma se encontraba a tan solo 40 metros de su vivienda. Ayer, domingo, la engullía por completo. También desapareció la viña que se encontraba justo delante de su vivienda y todas las edificaciones que tenía al lado.
Son ya tres semanas en los que el monstruo de lava de Cumbre Vieja ha mostrado mil y una caras y ninguna señal de agotamiento. "Ya desapareció. También la viña que estaba justo delante de la casa y todas las casas de los vecinos. Todo ese barrio está totalmente destruido", asegura Elena.
El miedo y la incertidumbre es constante
Algunos vecinos viven desde hace días con la maleta preparada en la puerta de su casa. El rugido continuo del volcán, sobre todo de noche, es aterrador.
Eva María Muñoz, otra extremeña residente en La Palma, asegura que hay noches que son horribles. "Temblaba todo: el suelo, los cristales retumbaban de la onda expansiva del volcán", asegura.
Preocupa la nueva colada, al norte de la principal
Ya son cerca de 1.300 edificaciones afectadas y el magma sigue aflorando. La nueva colada, al norte de la principal, ha engullido durante las últimas horas lo que quedaba de dos barrios.
Las explosiones no cesan en el interior del volcán y la isla ha registrado un terremoto de 4,3 grados al que han sucedido casi medio centenar de nuevos seísmos, de menor intensidad.
Los expertos aseguran que la calidad del aire es razonablemente buena y en cuanto al delta lávico o fajana, continúa extendiendo su superficie y avanzando en la profundidad del mar.
Extremeños solidarios en medio del caos
Son muchos los extremeños que, en medio del caos, están colaborando junto a las cuadrillas de ayuda del ayuntamiento de El Paso.
Es el caso de Manolo Villalba, natural de Monesterio, y que reside en Canarias desde hace unos años. "Estamos repartiendo avituallamiento a los efectivos que están en la zona cero de el volcán y por donde bajan las coladas de lava", afirma.
Manolo espera que todo esto termine pronto y pide a la sociedad que no se olviden de La Palma una vez pase todo. "No se olviden de nosotros cuando se apague el volcán y nos ayuden a los que estamos viviendo esta desgracia".
Elena, extremeña en La Palma: "Es un auténtico infierno"