Cada vez que salimos de casa… las puertas, bien cerradas. Aunque hayamos ido solo a comprar el pan.
Las puertas de entrada y salida y, ¡ojo!, también las puertas y ventanas interiores.
“No se nos pueden olvidar, las de los patios interiores también”
Pero que no dure mucho tiempo todo cerrado. Mucho mejor si simulamos que sigue habiendo vida dentro... Incluso pidiendo el favor a un vecino de confianza.
“Subir y bajar las persianas, tender ropa y vaciar el buzón”
Y atención a las redes sociales, porque son muy jugosas para los cacos. Avisar que estás en Ibiza, con ubicación exacta incluida… es un gran error. Y cuidado con presumir y mostrar nuestras pertenencias más preciadas.
Toda prevención es poca para disfrutar del tiempo de descanso mucho más tranquilos.