Durante el verano, con más tiempo libre y los niños sin clases, es común que aumente el uso de dispositivos electrónicos. Tablets y teléfonos móviles se han convertido en un recurso fácil para entretener a los más pequeños en restaurantes, piscinas y playas. Sin embargo, este exceso de pantallas tiene consecuencias preocupantes para el desarrollo infantil.
Hay estudios que muestran que el 50% de los niños menores de dos años que usan pantallas más de una hora al día experimentan un 40% menos de desarrollo del lenguaje y mayores dificultades para socializar. Además, si el tiempo de pantalla supera las dos horas diarias, los niños enfrentan un mayor riesgo de obesidad infantil y problemas de conducta, junto con efectos secundarios como problemas de sueño y ansiedad.
La exposición a las pantallas puede aumentar hasta un 40% en verano, pero los expertos advierten que los menores de tres años no deberían tener acceso a estos dispositivos, excepto para videollamadas. Es importante que los niños jueguen al aire libre al menos tres horas al día para prevenir problemas como la miopía y que se establezcan horarios estrictos para el uso de pantallas.
El abuso de pantallas no solo sobreestimula a los niños, afectando su capacidad para conciliar el sueño, sino que también debilita el vínculo familiar antes de dormir. Al 'enchufar' a un niño a una pantalla, lo estamos desconectando del mundo real.