El Consejo de Ministros ha aprobado este martes el anteproyecto de la ley de consumo sostenible. Su objetivo es doble: obligar a la industria a producir de forma más respetuosa con el medio ambiente y garantizar los derechos de los consumidores.
Obsolescencia programada
Entre sus principales medidas, la ley prohibirá la obsolescencia programada, es decir, fabricar productos con una vida útil limitada para obligar a su reposición, y fomentará su reparación. Además, contempla la publicidad engañosa, como el llamado 'ecopostureo', donde se usan términos como “verde”, “ecológico” o “biodegradable” sin justificación, o la publicidad del miedo, por ejemplo, en la venta de sistemas de seguridad.
También obligará a informar claramente en casos de reduflación, cuando se reduce la cantidad de un producto manteniendo su precio. Quedará prohibida la publicidad de los combustibles fósiles, vuelos de corta distancia y la reventa de entradas, que deberán tener el mismo precio salvo ajustes por IPC.
El anteproyecto pasa ahora al Parlamento para su aprobación definitiva.