Extremadura es la única región sin una estrategia activa contra el tabaquismo. Expertos como el neumólogo, Juan Antonio Riesco, achacan a esta carencia mucha culpa de que los jóvenes sigan cayendo en la costumbre de encender un cigarrillo sin sentir mucha sensación de peligro. Saben que el tabaco mata, pero lo perciben como algo muy lejano, que no tiene que ver con ellos.
No obstante, las cifras cantan. La nuestra es la comunidad donde fuman más personas con edades comprendidas entre los 14 y los 65 años. Uno de cada tres extremeños de esa franja de edad están enganchados a la nicotina. Este es uno de los más de 3.000 componentes y sustancias que podemos encontrar en un pitillo y que causa, como mínimo más de 60 tipos de cáncer.
Riesco, este médico del Hospital San Pedro de Alcántara, propone diseñar un plan antitabaco que sume prohibir, sancionar, pero también educar en todos los niveles y ámbitos sociales. No sólo en la escuela ni en nuestros hogares, sino en espacios públicos y de relación. Y aunque sea muy difícil, siempre es buen momento para dejar de fumar. No es necesario que sea 31 de mayo.