Casi 4 de cada 10 jóvenes que se incorporan al sector agrario son titulados universitarios y el 65%, como mínimo, tiene bachiller, FP o similar. Lo revela el trabajo elaborado por Juventudes Agrarias de COAG y la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica y de Montes de la Universidad de Córdoba.
Son pocos los jóvenes que se incorporan a los sectores de la agricultura y la ganadería, pero los que acceden tienen una formación de estudios más elevada que la media de su generación. “No es el único estereotipo que echa por tierra este trabajo”, señala Rosa Gallardo, coautora del estudio.
El 87 por ciento considera que la agricultura es un trabajo estable y la mayoría da una nota muy alta a su grado de satisfacción con el desempeño diario de su actividad, un 8,5.
"Reconocen que hay problemas en el entorno rural, de servicios, de infraestructuras, de equipamiento... a los que, sin duda, hay que dar respuesta, pero por lo general manifiestan un nivel de satisfacción muy alto. Y eso a pesar del momento actual que vivimos en el sector agrario, unos momentos complicados con todos los problemas de coste de precios, de dificultades de abastecimiento, pero, a pesar de ello, el nivel de satisfacción es alto", indica Rosa Gallardo.
“Cuando se les pregunta si querrían que sus descendientes se mantuvieran en el sector agrario, una mayoría dice que sí. Y eso es determinante para la sostenibilidad futura de la actividad agraria”, destaca Gallardo. Tan sólo un 3% reconoce que no tenía otra alternativa profesional.
El estudio de la Universidad de Córdoba también revela que los jóvenes agricultores están muy presentes en las redes sociales y se informan, principalmente, a través de ellas (76%) y prensa digital (55%).
Entre los principales obstáculos para la incorporación señalan la excesiva burocracia (69%), el acceso a la tierra (42%) y el largo periodo desde que se solicita una ayuda hasta su concesión (41%). El 24% reconoce también como freno la falta de reconocimiento social de esta actividad.