Los arqueólogos los llaman cariñosamente "piecitos". Son unos pies de mármol, muy pequeños, desnudos, sobre una base y que se encontraron junto a la gran escalera del patio del Turuñuelo hace 7 años.
Ahora se sabe que están fabricados con el mismo mármol que el Partenón de Atenas. Y que pertenecen a la escultura griega más antigua de la península ibérica. Son 300 años más antiguos que el Asclepio de Ampurias.
Desde Atenas, donde investiga posibles paralelos de esta escultura, la arqueóloga Guiomar Pulido nos explica que su datación y su origen revelan muchos detalles de la civilización tartésica: "ese mármol está datado en el siglo V antes de Cristo. Por lo tanto, es el mármol de esa Atenas Clásica que todos conocemos. Así que había una conexión Atenas-Valle Medio del Guadiana"
Un viaje Mediterráneo-Guadiana a través de intermediarios locales
La pregunta es cómo se realizaba la conexión: "Es que hablamos del otro extremo del Mediterráneo", recuerda la arqueóloga. Y las miradas busca respuesta en el Guadiana, a orillas del cual se fundó el asentamiento de Guareña.
¿Sería navegable el río? La principal hipótesis es que lo fuera en algunos tramos: "Sería un viaje muy largo, con varios eslabones, con intermediarios. Empezaría en Atenas y de ahí, la primera parada sería Sicilia. Luego, a través de Córcega y Cerdeña, podrían dirigirse a Baleares y de ahí a las costas del sur, o bien por Alicante o Murcia y de ahí, y es nuestra principal hipótesis, bajar por el valle hasta el Guadiana Alto y desde allí, bajar ya por el Guadiana".
Y llegar así al Turuñuelo. "No hay que imaginarse puertos grandes, sino vados, de los que aún sigue hablando la gente mayor. Zonas vadeables para aprovechar como mercado comercial "
"Sería un viaje muy largo, con varios eslabones, con intermediarios"
Primero en barco por el Mediterráneo, luego probablemente en carros y de nuevo vadeando el Guadiana, habitantes locales habrían sido los intermediarios que habrían traído esa escultura, cuyo paralelo más cercano se ha encontrado en Orvieto (Umbria, Italia).
Esto último, además, refuerza la hipótesis de que la conexión con Grecia de los Tartesos del Valle Medio del Guadiana se hiciera por territorios etruscos, es decir, italianos. Así habrían llegado también marfiles, vidrios o escarabeos desde Egipto, Cerdeña o Sicilia, que se localizaron en el Turuñuelo o en Cancho Roano.
Que hicieran esas rutas tan largas para atesorar piezas de tanto valor, desvela, dicen los arqueólogos, que los tartesos que habitaban en la actual Extremadura eran gente con mucho poder: "Con mucho poder económico, político y muy buenas conexiones ¿Cuál es la raíz, qué les hace tan poderosos? No lo sabemos", explica Guiomar Pulido. Además, "¿por qué se fueron? Si parece que les iba genial..."
Tan genial que encargaron esa preciosa escultura de mármol. Estaba policromada (hay restos de azul y de rojo) y su cuerpo, de casi un metro, se espera encontrar algún día. Quizá se confirme que es Astarté, la diosa fenicia de la fertilidad, el amor y el sexo.
Sus pies están desnudos como los del resto de esculturas que representan a esta divinidad, aunque su posición solo coincide, de momento, con la encontrada en Italia. Guiomar Pulido averigua ahora si en Grecia pudiera haber alguna similar.
Mientras, en el Turuñuelo, el equipo sueña con que quizá, quién sabe si en la próxima campaña, aparezca una nota... Algo de escritura, hasta ahora nunca encontrada, que nos cuente cuánto costó y quién la hizo. Quizá solo haya que seguir las huellas de esos pies.