La declaración de zona catastrófica para los incendios de Valdecaballeros, Caminomorisco, Villar del Pedroso, Llerena, Aliseda y Jarilla abre la puerta a ayudas del Gobierno central, pero en estas localidades la reconstrucción ya ha comenzado y los vecinos saben que el camino será largo.
Reconstrucción
Carreteras cortadas, casas dañadas, huertos arrasados y montes ennegrecidos muestran las cicatrices de un verano devastador. Quienes han perdido parte de su patrimonio empiezan a valorar los daños y a organizarse para volver a levantar lo que el fuego destruyó.
La vida cotidiana intenta abrirse paso entre las secuelas: el agua se somete a controles periódicos y, de momento, no ha dado problemas, lo que permite mantener cierta normalidad. Aun así, el recuerdo de las llamas sigue presente y la incertidumbre sobre la cuantía real de las ayudas hace temer que las compensaciones puedan resultar insuficientes.
En estos pueblos, la esperanza se mezcla con la preocupación. El fuego se apagó, pero la reconstrucción del día a día apenas comienza.