Sacador de corcho trabajando
El sonido de las hachas que se clavan en los alcornoques es una de las sintonías de la dehesa extremeña hasta mediados de agosto. Ya ha comenzado la campaña de extracción del corcho y cada año resulta más complicado encontrar mano de obra.
"De momento tenemos gente y estamos enseñando a más, pero aún así cada vez hay menos", explica Ángel Gómez, sacador de corcho. Entre los problemas, la dureza del trabajo y la temporalidad de la campaña.
Pese a que en Extremadura hay unos 1.200 sacadores. Rubén, tiene 22 años y es uno de los pocos jóvenes de su cuadrilla. "La gente de mi edad prefiere estudiar, el campo es duro", nos cuenta.
"La gente de mi edad prefiere estudiar, el campo es duro"
Algunas empresas descorchan también fuera de nuestra región como en Portugal o Castilla La Mancha, y los trabajadores son muy apreciados a ambos lados de La Raya. Este año se prevé una cosecha de unas 20.000 toneladas. "Este corcho va destinado sobre todo a Portugal", explica Óliver Gómez, que lleva años trabajando en el sector. Sobre todo, se usa para elaborar tapones de vino.
La tarea no es fácil. "Es un proceso duro, sacar los alcornoques no se aprende en dos días, hay que aprender bien la técnica", explica otro sacador, Saúl Hernández.
Sacrificado pero bonito, el oficio de la saca del corcho busca profesionales para seguir extrayendo el oro de nuestra dehesa.