La COVID-19 no sólo causa un daño físico a los ancianos sino también emocional. Y es que el virus priva a los mayores de lo único que les reconforta al final de su vida: el contacto y la compañía de los suyos. Algo que tiene graves consecuencias para su salud.
Los psicólogos advierten de ello. Aseguran que en los últimos meses han aumentado los síntomas de tristeza, ansiedad y miedo entre los ancianos y sus familiares. Una situación que puede verse agravada con las Navidades.
La videollamada como gran aliada
El psicólogo Miguel Ángel Cordero, en una entrevista concedida a Extremadura Noticias, ha recomendado usar las nuevas tecnologías para reducir esa sensación de soledad entre los mayores durante estas fiestas.
"La videollamada ayudará también a las familias que, en muchos casos, sufren la angustia de no poder estar con ellos y la culpa y el arrepentimiento de haberlos metido en un centro"
La idea de "realizar una videollamada durante la cena permitirá al anciano sentirse menos solo y más cerca de los suyos. Y ayudará también a las familias que, en muchos casos, sufren la angustia de no poder estar con ellos y la culpa y el arrepentimiento de haberlos metido en un centro".
De cualquier forma, ha añadido Cordero, lo fundamental es que cada uno conecte con los suyos en la medida que desee. Y para eso, las residencias de mayores deben estar preparadas y facilitar, ha dicho, este tipo de encuentros.
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