El corte de la Nacional 523 supone un trastorno para las miles de personas que cada día viajan entre las dos capitales. La alternativa más empleada, ir por Mérida utilizando las autovías A-66 y A-5, Supone recorrer 35 kilómetros más, con el consiguiente gasto de tiempo y dinero que esto implica.
Esta carretera, de titularidad estatal, registra un tráfico medio de más de 5.000 vehículos al día; de ellos, la mayoría, alrededor del 85%, se corresponde con vehículos ligeros.
Y en esos coches viajan los trabajadores que viven en una ciudad y trabajan en la otra. Entre estos viajeros hay muchos militares, los que van de Badajoz al Cefot de Cáceres, o quienes van desde la capital cacereña o la base de Bótoa.
También se ven afectados los transportes públicos. La conexión entre las dos ciudades la realiza la empresa Anesa, que mantiene sus horas de salida y precios pero, eso sí, el tiempo del viaje se eleva media hora.
Quienes sufren especialmente este corte son los negocios vinculados al tráfico, como los restaurantes o las estaciones de servicio. Es el caso de la gasolinera situada junto al río Salor, a sólo 9 km de Cáceres.
No sabemos lo que puede durar esta situación. El delegado del Gobierno indicaba que siguen evaluando los daños y no hemos conseguido tener una respuesta clara de cuánto puede tardar en arreglarse esta carretera nacional.
Alternativas a la carretera Cáceres-Badajoz mientras siga cortada
