8 Marzo 2025, 11:20
Actualizado 8 Marzo 2025, 14:53

En este 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, queremos echar una mirada al mundo rural. En muchos pueblos de Extremadura, las mujeres han encontrado en el asociacionismo una forma de romper barrera y construir oportunidades.

De rodillas encalladas, manos laboriosas y corazón valiente, perduran en Extremadura aún las guardianas de un pasado que inspira, esperanza y conmueve, como Juana Borreguero: "En el año del hambre, yo he pasado mucho. Me iba a pedir, me daban pan, me lo comía y traía a casa".

Son las voces de quienes pelearon por vivir en un entorno que tampoco hoy les ofrece muchas alternativas. Iluminaria Fernández recuerda: "La vida de aquel entonces a esta fecha ha cambiado mucho. Porque entonces se comía lo que tú tenías y podías 'arrecoger'. Porque si en casa erais cinco o seis, a ver cómo acarreabas comida para todos y comer había que comer".

De ahí la importancia de las asociaciones de mujeres, como la de "El Pilar" de Monterrubio de la Serena, la más numerosa de Extremadura, con más de 340 mujeres. Rosa Canseco Torres, su secretaria, reflexiona: "Es fácil darse cuenta de que están muy limitadas en muchas cosas, no solo en el sector servicios sino en las opciones para salir de su rutina".

De esta manera, unidas y con ganas de vivir, se liberan de la fatiga que les provoca la rutina. Unos testimonios que, sin duda, merecen un monumento a esas manos "trabajás".

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