En Extremadura, los negocios del sector comercial y los de la hostelería no están obligados al cierre en los municipios menores de 3.000 habitantes. Mantienen los bares y las tiendas abiertos, pero con el cierre perimetral de todos los municipios extremeños, algunos han notado la bajada de la movilidad.
Hemos visitado algunos de ellos. En Almoharín, los ciudadanos se sientes afortunados de vivir en un pueblo que no está sometido a tantas restricciones como las localidades más grandes. Sin embargo, los negocios están notando la merma de beneficios al depender sólo de los clientes locales.
Una circunstancia que también notan en Medellín, a tan solo 5 kilómetros de una gran urbe como Don Benito.