A día de hoy, ningún extremeño puede presumir de tener un tren de alta velocidad. La razón fundamental es evidente: seguimos siendo la única región del país sin un solo kilómetro de vía doble ni electrificada. Y ese es el principal requisito para poder tener, algún día, algo parecido a un AVE.
La nueva vía entre Badajoz y Plasencia y el nuevo modelo de tren inaugurado hace un mes es un primer paso. Necesario para todo lo demás, pero ni mucho menos suficiente. Para comenzar a circular al menos a 250 kilómetros por hora, será imprescindible la electrificación de ese mismo tramo entre Plasencia y Badajoz. Las obras están muy avanzadas, pero falta también por finalizar el by-pass por Mérida la puesta en servicio suele demorarse durante semanas. Gobierno y Junta esperan que entre en funcionamiento a lo largo de 2023. Entonces sí, habrá algo parecido a la alta velocidad... en un tercio del recorrido.
Tramos hasta Madrid
Y es que el tramo entre Badajoz y Plasencia es el primero de los tres que une Extremadura con Madrid. El segundo, el de Plasencia y Talayuela, tiene finalizados o en obras todos sus tramos, pero la plataforma no estará lista antes de 2025, y quedará después la electrificación.
Pero mucho peor está todo lo que se encuentra fuera de la región entre Madrid y Oropesa. Se trata de unos 127 kilómetros en los que aún no se ha movido ni un solo metro de tierra. Sigue en papel, en fase de estudio, pendientes del impacto ambiental, de si pasa o no por Toledo, y sin fecha. Si aún a partir de hoy todos los trámites se aceleraran, los extremeños no podríamos llegar a Madrid en un tren de alta velocidad antes de 2031.