Lo sabía todo el mundo en Augusta Emerita. Que si eras esclava e ibas al Teatro, no podías sentarte en la misma localidad que un pretor o un cónsul. Pero por si no quedaba claro, en la antigua Urso (la actual Osuna de Sevilla) se encontraron unas tablas que eran ley. 'Las XII Tablas' o Lex duodecim tabularum: la ley que regulaba la convivencia de los ciudadanos romanos en el siglo I a.C. Las originales en el Museo Arqueológico Nacional (MAN), pero algunas de sus réplicas se puede admirar ya en el Museo Nacional de Arte Romano de Mérida (MNAR). Y son impresionantemente grandes y tremendamente claras. En ellas, están cinceladas las letras latinas que describen cómo se obliga a los pretores y senadores a dedicar fiestas y espectáculos en honor de Júpiter, Juno y Minerva. Podían disponer de hasta 2.000 sextercios de fondos públicos, siempre que no se cometiera fraude. Y se establecen multas a quienes se equivocaban de asiento cuando iban a ver esos juegos: "hasta 5.000 mil sextercios", traduce Ángeles Castellano, comisaria de la exposición y conservadora del MAN.
"En las XII Tablas de Osuna se establecen multas de hasta cinco mil sextercios para quien no se sentara en la grada del Teatro destinada a su clase"
Castellano es la responsable del viaje hasta Mérida de las cinco joyas que el MAN han prestado al MNAR para la exposición Spectacula. La muestra narrará, durante un año entero y en tres salas, el gusto del público romano por todo lo que sonara a espectáculo. Y para la ocasión, el Museo anfitrión tampoco se ha quedado corto.
Separaciones de asientos y máscaras teatrales de edificios próximos al Teatro emeritense: las joyas desempolvadas de los almacenes del MNAR
De los almacenes del MNAR ha salido, entre otras maravillas, una trasenna, que es el remate de un asiento, es decir, parte de la pieza que separaba las localidades en el Teatro de Mérida: es algo que "hoy no se puede apreciar, porque solo quedan las gradas, pero que ocurría también en el Teatro de Medellín y en todos los del Imperio. Los asientos estaban separados", explica Trinidad Nogales, directora del MNAR.
Y se han desempolvado, además, máscaras teatrales que estaban colocadas en fachadas de edificios públicos próximos al Teatro emeritense. Servían para anunciar, como estos días lo hacen las banderolas del Festival, el camino hacia el espacio y el espectáculo al que se dedicaba. También hay piezas tuteladas por el Consorcio de Mérida.
La tabla gladiatoria de Marco Aurelio en las que el emperador señaló la evasión de impuestos en las luchas de gladiadores y reguló sus precios
Del Museo Arqueológico Nacional, ha llegado también el discurso con el que Marco Aurelio puso el grito porque los organizadores de los juegos de gladiadores debían dinero al fisco: "se quejaba de que los organizadores ganaban entre 20 y 50 millones de sextercios y no pagaban impuestos", explica la comisaria del MAN. Se encontró en Italica, pero era un discurso para todo el Imperio. Porque sí, obviamente, la evasión de impuestos también nos la enseñaron los romanos. Como también nos enseñaron la inflación: "Marco Aurelio tuvo que establecer, en esta tabla, el precio de cada gladiador". Y el gusto por la sangre "afortunadamente ahora la pasión por la violencia se ha transformado", reflexiona Nogales, aunque razón mediante, nos sigan gustando las películas bélicas, las peleas de gallos y las corridas de toros.
El circo, el espectáculo con más prestigio y más rédito económico
Se ganaba, como se gana ahora, muchísimo dinero con ello. Casi tanto como con las carreras de caballos en el circo. Y en eso, Augusta Emerita era toda una experta: "las yeguadas emeritenses tenían muchísima fama porque, según la mitología, habían sido preñadas por Céfiro, el dios del viento más rápido", apunta Nogales. No por nada se han hallado tantas piezas en Mérida que representan a aurigas acompañados de sus caballos y los nombres propios de estos últimos: "tan importante era el auriga como el caballo". Precisamente, otra pieza de las cinco prestadas por el MAN es un fastuoso y colorido mosaico del siglo III el que se representa a varios aurigas intentando domar a una cuadriga.
"las yeguadas emeritenses tenían muchísima fama porque, según la mitología, habían sido preñadas por Céfiro, el dios del viento más rápido"
Y para finalizar este breve recorrido (vayan a verla, porque hay mucho más y muy interesante), qué mejor que hacerlo con un brindis: "a la salud de la quinta pieza prestada por el Arqueológico". Se trata de un impresionante vaso griego, hallado en la Magna Grecia (las primeras colonias griegas de Italia). Su decoración hace honor a Dionisio. ¿A quién no le apetece, después de ver una carrera de Fórmula Uno, una corrida de toros o de una noche de Festival de Teatro de Mérida, tomarse un vinito?
Chinchín y que siga el espectáculo.
Un 'Julio César' con acento argentino y ovarios sube el telón de la 68 edición del Festival de Mérida