Nadie de su entorno conoce lo que le pasó. Ahora tiene 16 años, pero tenía 13 cuando la violaron. Era un conocido, cinco años mayor que ella. Después de lo ocurrido, el chico le pidió que no dijera nada y, además, ella se sentía culpable. No fue capaz de decir nada. Se convirtió en víctima y culpable. Además, él intenta hablar con ella a través de las redes sociales.
La víctima no ha podido decirlo en casa ni se plantea una denuncia, solo quiere olvidarlo, aunque es consciente que más adelante necesitará ayuda profesional.
Desde el anonimato, puede contar lo que pasó, para que no quede en el silencio. Y para plantear lo necesario que es que, en esta sociedad, se abra el diálogo y la enseñanza sobre la sexualidad. En todos los ámbitos, incluído el de la familia. Para que, si vuelve a suceder, la víctima no se sienta culpable y pueda denunciarlo y confiar en su entorno.