La resolución publicada en el Diario Oficial de Extremadura, el pasado 10 de julio, sobre el uso obligatorio de la mascarilla, generó interrogantes entre las comunidades de vecinos. De hecho, el consejero de sanidad, José María Vergeles, tuvo que salir públicamente a aclarar cómo debe utilizarse en las piscinas comunitarias. No será necesario tener puesta la mascarilla mientras se toma el sol, siempre que se cumpla la distancia de seguridad con otros vecinos y con no convivientes. Tampoco hay que utilizarla en el vaso de la piscina.
Desde principios de junio, las comunidades de vecinos se han ido adaptando a las normas que se han ido dando para poder disfrutar de las zonas comunes. Las dudas surgieron, sobre todo, en el uso de las zonas comunes donde hay piscinas. En el caso de la comunidad de vecinos de Plasencia que hemos visitado, donde conviven unas sesenta personas, su presidente, Eduardo Núñez, nos asegura que todos se han adaptado bien a la nueva normalidad. Los vecinos bajan a la piscina con la mascarilla puesta. Se la quita en el recinto de baño y vuelve a abandonar la zona con mascarilla.
Además, a ciertas horas del día, los vecinos dejan paso a una máquina que desinfecta los bordillos de la piscina, las escaleras y las duchas. Y este verano el uso de las zonas comunes está restringido. Sólo pueden disfrutarlo los propietarios de la comunidad.
