Las Residencias de Mayores de Extremadura saben que el contacto de los usuarios con los suyos es fundamental, sube el ánimo de sus residentes y mitiga muchas de sus dolencias. Ante esta segunda ola de la pandemia, muchos centros han incorporado fórmulas para mantener los lazos familiares.
En las Residencias Puente Real de Badajoz, han colocado un interfono en una de sus puertas de cristal, y programando la cita, los usuarios pueden ver a hijos y nietos con total seguridad. Hemos compartido uno de esos encuentros con Carmen. Tiene 85 años y no paraba de lanzar besos y de recibir piropos. Su hija Yolanda Carroza ha reconocido a Extremadura Noticias que “estamos encantados porque podemos venir todos los hijos, casi pegados con mi madre pero sin contacto. Ellos están más seguros y nosotros más tranquilos”.
“estamos encantados porque podemos venir todos los hijos, casi pegados pero sin contacto. Ellos están más seguros y nosotros más tranquilos”
Otra fórmula para verse es el teléfono a través de una videollamada. Los dispositivos móviles acercan a familiares con residentes y aunque a muchos les costó acostumbrarse a la multipantalla, ahora se manejan perfectamente. Es el caso de Matilde, que en su última charla con su hijo le preguntó insistentemente por la voz ronca que escuchaba y antes de colgarle le mandó besos.
A través del móvil, los familiares además reciben información periódica del centro a través de grupos de whatsapp porque, según el gerente del centro, es fundamental informar con transparencia. Y más en esta segunda y dura ola de la pandemia en las residencias con visitas limitadas y donde los abrazos se sustituyen por besos a distancia.
Las residencias de mayores extreman la precaución por el coronavirus