Durante las últimas décadas, Alfonso Carvajal ha sido chófer de los cuatro últimos alcaldes de Mérida. Empezó llevando a Antonio Vélez, y después siguió con Pedro Acedo, Ángel Calle y el último, Antonio Rodríguez Osuna. A sus 65 años, se jubila y tiene muchas anécdotas que contar... Y que callar.
Su último día de trabajo
Hoy hemos querido vivir con él su último día de trabajo. Dice que se siente raro: "Porque es el último día dejo aquí muchos amigos y amigas y muchos sentimientos. Y me voy la verdad es que un poco raro", explica. Empezó como conductor de autobuses para pasar después a ser chófer de los alcaldes de Mérida durante 37 años. Una labor que el actual, Antonio Rodríguez Osuna, ha querido reconocer entregándole el escudo de la ciudad, destacando su lealtad en el trabajo.
"Para un chófer la discrección es fundamental"
Ser chófer es una de sus pasiones. Una tarea para la que dice que es fundamental tener disposición para recorrer muchos kilómetros y tener la virtud de la discreción. "Son muchas horas con el alcalde de turno y uno ve y escucha muchas cosas y se tienen que quedar para uno y eso es fundamental si quieres este puesto de trabajo", señala Alfonso. Y así se ha recorrido toda la Península e incluso ha viajado hasta lugares como Estrasburgo, donde fue hace tres décadas, sin GPS, con mapa de carreteras y mucha planificación. Ahora ha llegado la última parada de un bonito viaje laboral y aunque asegura que le será difícil cambiar sus rutinas, está contento porque tendrá más tiempo para disfrutar con su familia, sobre todo de su nieta porque se jubila como conductor, pero se acaba de estrenar como abuelo.