Todos sabemos lo que va a pasar, lo dice el mito. Medusa es decapitada por el héroe Perseo, que nos muestra su cabeza entre los gritos de alabanza ¡Perseo, Perseo, Perseo!
Pero en esta ocasión, nos muestran la otra versión del mito, la verdad de la gorgona, contada por ella misma. Empezando por el principio, por quién era Medusa antes de convertirse en un temido monstruo, cómo fue violada por el dios Poseidón. Lo cuentan con el lenguaje de la danza, un momento dramático el que vive Medusa de joven acosada por un dios. Elisabeht Biosca, que es la Medusa joven, y James Peter como Poseidón, emocionan.
Y nos lo cuenta la Medusa enclaustrada, encarnada por Victoria Abril, que nos muestra la ironía del comportamiento de los hombres y los dioses. Nada más aparecer en el escenario, el público la recibe con aplausos, estaban esperando verla. “¿En serio? ¿de verdad tenemos que soportar esta historia? ¿esta farsa de machitos impregnados de testosterona fingida...?” así comienza su parlamento.
Y son más preguntas las que hace Medusa, ¿Quién pone los límites cuando es el otro el que tiene el poder? ¿por qué es ella un monstruo? ¿Por qué la diosa Atenea le reprocha su belleza y la acusa de ser violada en su templo? Una Atenea que la condena, la castiga a la soledad y al silencio, un silencio de siglos que ahora se rompe en el escenario... Y da las gracias, Medusa, por ser escuchada ahora.
La emoción de la música en directo de Ruth Lorenzo y el Coro de Cámara de Extremadura enriquece el lenguaje del escenario, al igual que la danza. Pero también hay espacio para la reflexión. Medusa le hace plantearse a Perseo, encarnado por Adrián Lastra, porqué tiene que decapitarla... si lo hace, dice, se convierte en un asesino, podría no hacerlo, pero finalmente, empujado por los dioses, le corta la cabeza a Medusa. ¿Quién es el monstruo entonces?
Victoria Abril se sintió identificada con el personaje en cuanto el director, José María del Castillo, le presentó la propuesta. Y ha sido éste el momento de regresar a los escenarios en nuestro país tras 45 años. Sí ha hecho teatro en Francia, donde reside. La actriz es parte de la historia del cine, y ahora también une su trayectoria al Teatro Romano de Mérida.
Con un estreno que tuvo lleno absoluto, el público quedó satisfecho. Y eso que el director quiso disculparse por los fallos que suceden el primer día. Pero es “un sueño hecho realidad” para el elenco, estar aquí, en un escenario histórico. Por delante, quedan más noches para soñar con Medusa.