La tragedia clásica vista, pensada y sentida hoy, año 2024. Eso ofrece Tiresias. Son muchos siglos desde Sófocles, Eurípides y Esquilo... tan actuales en las cuestiones que plantean... pero las respuestas ahora son distintas, los valores han cambiado. El público, también.
Eso ofrece Tiresias, una respuesta rompedora. El adivino hace un recorrido por su propia vida, y en ese camino nos pone frente a verdades que, dice, "no se pueden rebelar ni a mortales ni a dioses". Pero acaba haciéndolo... y el resultado es el castigo, dulcificado con la recompensa, es la voluntad de los dioses, de Atenea, Hera o Zeus.
Los mortales, por su parte, no pueden dar crédito a lo que el adivino les ofrece, no hacen caso. Pero la realidad es rotunda. Es el sufrimiento. Pero, ¿qué música puede ilustrar el grito de una madre que pierde a su hijo, siendo ella misma su asesina... Le pasa a Ágave con su hijo Penteo, el rey de Tebas. Tiresias lo profetizó, igual que con Narciso, que acaba ahogado en su orgullo y en su belleza.
También fue requerido el oráculo por Edipo rey... y las profecías se cumplen. Con un lenguaje corporal que va más allá del texto y el canto lírico que envuelve al público, el discurso narrativo se vuelve actual. No tenemos que contar las tragedias como siempre
Pero ¿cuál es el sentido del dolor? "descubrir los rincones del alma, eso te hace fuerte", lo dice Tiresias, el adivino y todos los personajes que viajan por el llanto, la risa y la complicidad con el público, tan presente. Porque las risas hacen más llevadera la tragedia.
Tiresias tien un profundo conocimiento del ser humano, tuvo cuerpo de hombre y de mujer, tuvo larga vida y el don de la profecía, unida a su ceguera. Acompañado por su hija Manto, que hereda su facultades adivinatorias, Tiresias muere dulcemente. Y sigue siendo oráculo en el Hades.
Su mensaje, lo deja escrito en la figura de un animal mediterráneo venerado desde la antiguedad, el toro. VERDAD = BELLEZA. Contrasta el elemento pop del toro de Osborne, a gran tamaño, con el monumento romano.
El Teatro Romano es ocupado por los actores durante la obra en toda su extensión. Lo envuelve la música, el misterio, la tragedia y también las risas. Es el resultado de un personaje que se ha aparecido siempre como secundario en las tragedias pero aquí toma protagonismo. Nos cuenta en primera persona su experiencia de vida. "Aférrate a la verdad par estar a salvo", le dice el adivino a su hija antes de morir. "Aunque la verdad lleve al dolor, nos enseña los rincones del alma", por eso, hay que afrontarla.