Sin grifos, sin tuberías, sin marcos en las puertas... Así se ha encontrado un joven una vivienda social en Mérida, que le ha sido entregada por la Junta de Extremadura. Él y su pareja, con la que espera un hijo, se niegan a entrar a vivir. Sus padres dicen que está inhabitable, y piden una solución a la Consejería.
Francisco y Alicia son los padres del joven. A su hijo, de 23 años y en paro, le dieron en julio la llave para una vivienda de protección social en un bloque de Mérida. Al entrar se llevaron la sorpresa. El anterior inquilino arrancó tuberías, grifos marcos de las puertas y hasta la tapa de la luz. Además, la vivienda desprende un fuerte olor a basura. Esta familia no puede entender que la Junta entregase la vivienda en este estado. "Ellos saben cómo está la vivienda y no entendemos por qué no la rehabilitan", cuentan y, añaden, desde la administración les advierten que reformar esta vivienda podría demorarse un año o, incluso, dos.
El joven vive, de momento, en casa de un hermano junto a su pareja embarazada. La Consejería de Vivienda asegura que está valorando su solicitud y que espera darles una respuesta en breve.