Cuando tenemos tormentas, los rayos pueden ser los causantes directos, en ese momento, de incendios forestales. Pero existen los rayos latentes. Aquellos que quedan dentro del árbol y pueden hacer que se produzca un incendio hasta 48 horas más tarde.
Un árbol puede estar ardiendo por dentro, y no enterarnos desde fuera. Es una combustión muy lenta e inapreciable por la falta de oxígeno en el interior. Pero en cuanto una pequeña cantidad de oxígeno entra en el tronco, surge la llama de forma más determinante. Ahí es cuando el árbol empieza a arder con más determinación y puede provocar serios incendios forestales.
Mucha atención a nuestros bosques y montes.