No hace mucho hablábamos aquí sobre la acusada desaceleración que está sufriendo la corriente del Golfo, ese flujo marítimo de origen caribeño que hace que los inviernos europeos no sean tan rigurosos como los norteamericanos.
Hoy aprovecho para hacerme eco de otra noticia que sigue la misma línea: resulta que los océanos también sufren episodios de altas temperaturas y que cada vez son más frecuentes y más intensas; es decir, sufren lo que conocemos como “olas de calor” en la atmósfera. Estos resultados han sido publicados en la prestigiosa revista “Bulletin of the American Meteorological Society” en un artículo firmado por Dillon Amaya, meteorólogo que está realizando su postdoctorado en la Universidad de Colorado Boulder.
En este trabajo se ha comprobado un adelgazamiento del estrato más superficial del océano, llamado capa superficial. Se extiende desde los 20 a los 300m de profundidad, aunque hay oceanógrafos que establecen su límite en los 500m. Tiene la particularidad de que en ella la temperatura se mantiene constante. Decimos, por tanto, que es una masa de agua isoterma.
"Las olas de calor marinas serán más intensas y sucederán con más frecuencia en el futuro", dijo Dillon Amaya,
Las observaciones de Amaya muestran una notable reducción del espesor de la capa superficial del océano en el Pacífico noreste y esto repercute en una mayor sensibilidad a los cambios de temperatura. El científico lo ejemplifica claramente: se necesita menos calor para calentar una lámina de agua de un centímetro que si tuviese un grosor de un palmo. Cuanto más delgada sea, más susceptible es a los cambios de temperatura. Esto repercute de forma directa en la temperatura del aire ya que el agua amortigua estos cambios debido a su elevada capacidad calorífica.
Para ello Amaya y su equipo han sido capaces de determinar la profundidad de la capa superficial desde 1980 y estimar su valor a finales de siglo, basándose en una combinación de observaciones y de simulaciones numéricas. Los resultados son los siguientes: en los últimos 40 años la capa superficial ha adelgazado casi 3 metros en zonas del Pacífico Norte y se espera que para 2100 siga adelgazando otros 4 metros más. Con estas dimensiones, el mar se calentaría de forma más efectiva, alterando así patrones marinos, violentando fenómenos meteorológicos como los ciclones tropicales y trastocando flora y fauna marina.
Uno de los episodios más recientes de este tipo de olas de calor marinas es el que se dio en el noreste del Pacífico en 2019. Los vientos flojos y las temperaturas más altas de lo habitual fueron la suma perfecta para que se notasen anomalías de más de 3ºC en esa zona.
“No se descarta que en 2100 tengamos anomalías de temperatura del agua del mar de hasta 6,5ºC”, afirma Amaya
Tan grande es la influencia de los océanos en el sistema climático, que estas alteraciones térmicas condicionan las previsiones para las próximas décadas. Por este motivo, no se le debe perder de ojo a las grandes masas de agua de nuestro planeta.
El documento termina pronosticando un claro aumento en el número de olas de calor en los océanos, además de su intensidad. Circunstancias que atañerían efectos destructivos en flora y fauna marinas, además de favorecer fenómenos meteorológicos más violentos.
Más información en:
Dillon J. Amaya, Michael A. Alexander, Antonietta Capotondi, Clara Deser, Kristopher B. Karnauskas, Arthur J. Miller, Nathan J. Mantua.Are Long-Term Changes in Mixed Layer Depth Influencing North Pacific Marine Heatwaves? Bulletin of the American Meteorological Society , 2021; 102 (1): S59 DOI:
https://journals.ametsoc.org/view/journals/bams/102/1/BAMS-D-20-0144.1…