Un vecino de Plasencia, de 91 años de edad padece el síndrome de Paller. Una enfermedad por la que tiene movilidad reducida y por culpa de la cual lleva sin poder salir y entrar de su casa desde hace tres años.
José Fernández vive en la primera planta de un edificio en la calle placentina de San José. Desde hace cuatro años tiene problemas de movilidad y necesita una silla de ruedas. Desde hace tres, que su situación ha empeorado, no puede entrar ni salir de casa con autonomía. Necesita de ayuda, tiene que levantarse de la silla y los dolores son insoportables cada vez que se pone de pie.
Su casa tiene ascensor pero hay un tramo de escaleras para salir del portal. Tanto él como su hija Julia, presidenta de la comunidad, piden instalar una rampa para sortear ese tramo y facilitar a José salir de su casa. De esta manera, el ascensor llegaría hasta el garaje y esa rampa facilitaría la salida al exterior.
La comunidad de vecinos que cuenta con el dinero para afrontar la obra. El problema, dice Julia, no está en el bloque sino en nueve dueños de plazas de garaje que no viven allí y que se oponen a la misma. Insisten en que sus plazas de garaje se devaluarían. La ley avala a los vecinos en la contrucción de esta reforma de las zonas comunes del edificio, pero ellos quieren el mayor consenso para evitar enfrentamientos.
De momento, y hasta que llegue una solución, José sólo tiene contacto con la calle a través de su balcón. Es el único reducto exterior, fuera de las paredes de su casa, que le queda. Asegura que su sueño es poder volver a pisar la calle