Los tres varones acusados por la Fiscalía de Badajoz de agredir sexualmente a una joven en la capital pacense en septiembre de 2016, para los que pide 40 años y medio de prisión para cada uno, han ratificado que los hechos fueron consentidos, mientras que la víctima también se ha reafirmado en su postura inicial de que fue una agresión sexual.
El juicio ha comenzado este martes a puerta cerrada en la sede de la Audiencia Provincial de Badajoz, donde continuará mañana.
El letrado Alfredo Pereira, uno de los abogados de la defensa, ha explicado a Efe que los acusados no niegan en ningún momento los hechos, pero expresan que siempre hubo consentimiento por parte de la mujer.
Alfredo Pereira también ha mostrado su "sorpresa" ante el hecho de que se haya permitido que la mujer realizase la declaración por videoconferencia, después de que meses atrás se tuviera que suspender la vista al negar la sala a la Fiscalía la utilización de este sistema.
También ha declarado un testigo que grabó un vídeo donde se ve a la mujer y a los tres acusados andar por la zona de la urbanización Guadiana donde se produjeron los hechos, que se verá mañana en una sesión donde también declararán más testigos y agentes policiales.
Piden 40 años y medio de prisión
La Fiscalía de Badajoz solicita 40 años y medio de prisión para los tres varones por unos hechos que se iniciaron después de que la víctima coincidiese con un conocido, quien iba acompañado de otros dos varones, en un local de copas de Badajoz, establecimiento del que fue expulsada al protagonizar un incidente con otra mujer debido a su estado de embriaguez.
Según el escrito de la Fiscalía, los acusados volvieron a encontrase con la mujer a las puertas del local y al percatarse "del estado de embriaguez, confusión y desorientación" en los que se hallaba, le obligaron a que les acompañase, llevándola a empujones hasta el fondo de la rampa de acceso de un garaje ubicado en la calle del Castillo de Almorchón.
Allí los varones la despojaron de sus ropas, la dejaron desnuda, acorralaron, agarraron por el cuello y los brazos, y la obligaron contra su voluntad a practicarles felaciones.
Como consecuencia de estos hechos la víctima sufrió menoscabos físicos consistentes en diversas contusiones y otros informes médicos "aportados a la causa indicarían que la víctima padecería también de estrés postraumático", se explica desde la Fiscalía.
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