Si hay un residuo que trae de cabeza a los servicios de limpieza de los ayuntamientos son los chicles. Una vez secos y pegados al asfalto y las aceras es muy difícil eliminarlos. Lo ideal es que no los arrojemos al suelo pero, cuando ya no queda más remedio, las empresas prueban diferentes fórmulas, como por ejemplo, en Almendralejo.
Medida en Almendralejo
Las manchas negras de los chicles pegados en el suelo son muy habituales en calles peatonales. Por eso los servicios de limpieza de la localidad almendralejense han adquirido una máquina específica que sirve para eliminarlos de la calzada. La manejan dos operarios y van mancha por mancha con vapor de agua a alta presión y una espátula, por lo que lleva bastante tiempo.
Han empezado en la Avenida de la Paz, después la Calle Real y continuarán en otras zonas peatonales y parques infantiles de la localidad. El Ayuntamiento de Almendralejo espera, eso sí, que los vecinos colaboren y dejen de tirar chicles a la calzada para que esta situación deje de ser tan habitual. Manuel Álvarez es concejal de limpieza en Almendralejo y espera que con esta iniciativa haya un mayor grado de conciencia ciudadana y dejen de "arrojar el chicle al suelo".
