El pintor y escultor extremeño, del que se cumple cien años de su nacimiento, realizó un único mosaico, de dos piezas, que datan de 1967 y que se encuentra en un edificio abandonado.
Se trata de un mosaico, de dos piezas, y que es una obra inédita en la trayectoria del pintor y escultor extremeño Guillermo Silveira. Son los dos únicos mosaicos que el artista realizó a lo largo de su carrera, con motivos religiosos, y datan de 1967. Se encuentran en las conocidas como casas aisladas de Valdebótoa, en una antigua capilla, en ruinas, que amenaza con derrumbarse.
Precisamente alertados por el peligro de derrumbe del edificio, los vecinos del pueblo crearon una plataforma para recuperar las obras de arte. Y lo han conseguido. El Ayuntamiento de Badajoz ya ha destinado un presupuesto de 42 mil euros para su traslado a la Iglesia del pueblo y solo falta licitar las obras.