Mariana Borrega, de 81 años, es una de las siete vecinas de Olivenza que desde julio participa en el proyecto piloto de teleasistencia avanzada "Cuídate + Salud". Hoy nos muestra cómo funciona el dispositivo. Se mide la tensión con un tensiómetro de los que tenemos en casa y el dispositivo alerta mediante voz de que "su presión arterial sistólica no es la adecuada".
Pero esa voz comunicando la tensión alta no solo se activa en su domicilio. "Cuando el aparato detecta una medida fuera del rango llama a la centralita de Cruz Roja sin que la persona tenga que pulsar ningún botón o llamar a ningún sitio, nos emite una alarma y nosotros nos podemos en contacto con esa vivienda", nos cuenta Miguel Ángel Martínez, responsable del servicio de teleasistencia domiciliaria de Cruz Roja Extremadura.
Tensiómetro y báscula
Al igual que el tensiómetro, el dispositivo está conectado mediante bluetooth con una báscula que transmite el peso del usuario a la central de forma diaria. "Esto que puede parecer poco importante es fundamental en pacientes oncológicos, por ejemplo, donde un repentino aumento o pérdida de peso puede ser síntoma de un agravamiento de la enfermedad", afirma Martínez.
Otros detectores
Pero además, a este dispositivo se le pueden acoplar otros detectores, como uno de apertura en la nevera para comprobar si la persona está comiendo, de presencia para ver si lleva demasiado tiempo en una habitación, o de detección de gas o humo. Y eso, al final, se traduce en tranquilidad.
"Me da mucha tranquilidad y a mis hijas también"
"A mí me da muchísima tranquilidad porque ya no voy con el miedo de y si me caigo, y si me pasa algo...sé que aprieto el botón y acuden", nos cuenta Ángela del Olmo, de 81 años y usuaria del proyecto piloto. "Te avisan, Mariana que tiene la tensión alta, y ese día te vuelven a llamar dos o tres veces más para que te la midas, yo estoy más tranquila porque vivo sola y mis hijas también", nos cuenta Mariana Borrega.
El proyecto piloto, que comenzó en julio, ha sido puesto en marcha entre Cruz Roja y el ayuntamiento de Olivenza, y en unas semanas espera alcanzar la veintena de usuarios. De momento el perfil de pacientes es de personas mayores con enfermedades crónicas y que viven solas, aunque en un futuro se quiere ampliar a otros colectivos, como personas ciegas o con movilidad reducida.