El sector ovino sigue atravesando un momento complicado por culpa de la pandemia mundial. Si en primavera, los ganaderos tuvieron dificultad para encontrar esquiladores, ahora el problema lo tienen con la venta de la lana. La crisis en el sector textil ha provocado que el principal país comprador, China, haya paralizado los pedidos con nuestra región.
Así lo ha confirmado el gerente comercial de una empresa ovina, Marco Antonio Calderón, que no oculta que “nuestro almacén se está llenando. Tenemos la parte que no se vendió la campaña pasada, más lo de esta.”
“Veníamos de unos precios bastante buenos y de 2’60 hemos pasado a 40 céntimos el kilo. Perdemos unos 75 céntimos por oveja”
Además, la escasez de demanda ha hecho que los precios se desplomen con ventas muy por debajo de lo habitual. Valentín Nieto es un ganadero extremeño que lo ha sufrido en primera persona. “Veníamos de unos precios bastante buenos y de 2’60 hemos pasado a 40 céntimos el kilo. Perdemos unos 75 céntimos por oveja”, nos ha explicado.
Estas pérdidas junto con la amenaza de la COVID-19 dejan al sector un panorama de incertidumbre de cara al invierno mientras que los kilos y kilos de lana continúan amontonándose sin destino.