El plan de regadío en Tierra de Barros, previsto para 2026, está generando dudas e incertidumbre, a pesar de la necesidad de licitación inminente. La situación del embalse de Alange, que se encuentra al 13% de su capacidad, con 107 hectómetros cúbicos, es preocupante.
El proyecto tomará agua principalmente del embalse de Alange y en menor medida del de Villalba. Sin embargo, con la dotación de agua de riego aprobada, de más de 43 hectómetros, la organización agraria La Unión cuestiona de dónde se obtendrá el agua necesaria. Esto ha llevado a la organización a pedir un estudio de viabilidad y una reunión urgente con el Ministerio para la Transición Ecológica, la Junta de Extremadura, organizaciones agrarias y la comunidad de regantes.
Isidro Hurtado, presidente de la Comunidad de Regantes, ha asegurado que ya se ha reunido con los nuevos responsables de la Junta y que desde el gobierno regional le han trasladado el compromiso de seguir adelante con el proyecto. Sin embargo, la preocupación persiste y el debate está abierto.
La Comunidad de Regantes ha abierto un plazo, hasta mediados de septiembre, para recibir las renuncias de los agricultores que lo deseen, y, de haberlas, se recurrirá a la lista de espera. Todos los trámites ya están listos para llevarlo a cabo y solo falta que unos 200 agricultores presenten la documentación requerida sobre la financiación.