Después de 85 años en un pozo, los restos de dieciocho ciudadanos de Feria que fueron asesinados por franquistas una noche de verano del 36 han recibido hoy sepultura en el cementerio de su pueblo. Allí se han concitado decenas de personas, entre vecinos y familiares de las víctimas.
Las excavaciones en el pozo comenzaron hace diez años. Un trabajo muy complicado por la cantidad de piedras, escombros y sedimentos bajo los que estaban enterrados los restos, a 32 metros de profundidad.
Dos años han trabajado en un centro científico vasco para determinar, por el ADN, quiénes son sus familiares. Cinco fueron identificados.
Desde hoy descansan en paz y donde sus familiares puedan depositar algunas flores. Otras víctimas del franquismo, casi 90 años después, aún no.